miércoles, 3 de abril de 2013

En qué momento me convertí en la "Jefa"?



Nunca me había detenido a pensar en el rol del "Jefe", o más aún, en su femenino de "Jefa". No era un lugar en el que jamás me haya visualizado, ni tampoco creí que fuera a tener que ocupar ese rol tan temprano en mi carrera profesional. Incluso me choca un poco el término, no va con la generación Y.

Desde que empecé a trabajar como pasante, asistente y demás, me embanderé con una oposición ferrea a mandar mails fuera del horario laboral, o mensajes de texto relacionados a la vida de 9 a 18hs. Me prometí también que, cuando ocupara el lugar de "líder" iba a fomentar el trabajo por objetivos más allá de las horas trabajadas. Y como estas, tantas otras causas del empleado generación Y con las que me identificaba.

Critiqué a mis ex jefes por delegar tareas que creía no querían hacer ellos mismos, por no valorar las horas extras o el valor del fin de semana, por no hacer tiempo al desarrollo personal dentro del trabajo.

Pues bien, ahora me vuelven todos los planteos cual baldazo de agua fría en la cara. Ahora soy yo la que en una seguidilla de 6 días no laborables en Argentina, terminé conectándome en un café, terminando presentaciones y mandando recordatorios de dead-lines a mi equipo. Ocurrió, ahora tengo ESE rol de "líder", "guía", "referente"... jefa. Y co él vinieron los míos errores de quienes me precedieron.

Punto en contra: me atrapó el lado oscuro. Punto a favor: al menos lo reconocí...a tiempo?

Que difícil es el balance, el ser una guía para el equipo, más allá de las etiquetas de la estructura. Cómo ser amiga y a la vez tener que empujar siempre para ir más allá? Cómo poner la vara más alta sin desmotivar? O mejor aún, cómo motivar sin transmitir las propias exigencias o inseguridades?

Asumo que es un aprendizaje en el que recién me embarco, pero me planteo el desafío de seguir siendo una más, seguir haciendo el ridículo en los pasillos para sacar sonrisas en momentos de crisis. Y a la vez, mantener la seriedad para inspirar seguridad y confianza.

La responsabilidad de hacer equipo, ser parte de él, llegar a los objetivos y disfrutar el camino. Todo eso en el marco de la convivencia diaria, que idealizo como un espacio de co-creación, inspiración y contención.


Así está mi cabeza por estos días, soñando con ser capaz de ser parte de un equipo que inspire, que alcance sus metas, y que contagie sonrisas. Pero alejarme lo más posible del "bossy type".

Se puede? Algún consejo?



(imagenes via: The Office/Pinterest)