Vida móvil...

"Commuting" es una palabra que se usa mucho mas en el idioma inglés que en el nuestro. Sin embargo, el concepto de "conmutar" me parece muy (muy) lleno de significado.

La palabra refiere al viaje habitual, regular entre un lugar y otro. Por estos días en la ciudad (y más aún con mi trabajo), gran parte de mi tiempo se va en el commuting. Esto y la ansiedad, que es un rasgo de mi personalidad, hace que mi cartera siempre guarde formas de entretenimiento liviano.

Revistas, folletos, libros cortos, música si o si...y el teléfomo inteligentísimo. Porque en estos tiempos el adjetivo "inteligente" queda chico. Inevitablemente entonces, me veo como una gila más del montón, que mira el telefonito y sonríe mientras mueve rápido los dedos. Instagram, Twitter, Pinterest, el diario, Facebook. Gracias por tanto fuentes inabarcables de información.

Volviendo a que nos vemos como giles... Qualcomm supo volcar en su último comercial cómo sería nuestras vidas sin celular

Por estos días estoy intentando apagar más mi teléfono. Aproveché para desinstalar varias aplicaciones que estaban de más (nota mental: es un aparato de comunicación y no aislación). Quedaron solo dos de las aplicaciones antes mencionadas. Dejo a su imaginación que identifiquen cuál...

El paint, un amigo ochentoso

Su juntaron varias cosas, la figura del abuelo, el amor al arte, la admiración de su familia. Me emocioné con este video.

Hal Lasko tiene 97 años y desde que su nieto le presentó el Paint en 1996, volcó sus sueños en pinturas sin pintura. "Grandpa", como le dicen, fue tipógrafo, y con la pérdida de su visión, encontró su mejor aliado en el zoom que le permite la computadora.

Su nieto le metió magia a la cuestión, y junto a Josh Bogdan crearon este corto al respecto.

Sus trabajos se pueden comprar online.

Porque nunca está de más Neruda...

ODA AL DÍA FELIZ

Esta vez dejadme
ser feliz,
nada ha pasado a nadie,
no estoy en parte alguna,
sucede solamente
que soy feliz
por los cuatro costados
del corazón, andando,
durmiendo o escribiendo.
Qué voy hacerle, soy
feliz,
soy más innumerable
que el pasto
en las praderas,
siento la piel como un árbol rugoso
y el agua abajo,
los pájaros arriba,
el mar como un anillo
en mi cintura,
hecha de pan y piedra la tierra
el aire canta como una guitarra.

Tú a mi lado en la arena,
eres arena,
tú cantas y eres canto,
el mundo es hoy mi alma
canto y arena
el mundo
es hoy tu boca,
dejadme
en tu boca y en la arena
ser feliz,
ser feliz porque si, porque respiro
y porque tu respiras,
ser feliz porque toco
tu rodilla
y es como si tocara
la piel azul del cielo
y su frescura

Hoy dejadme
a mi solo
ser feliz
con todos o sin todos,
ser feliz
con el pasto
y la arena
ser feliz
con el aire y la tierra
ser feliz
contigo, con tu boca,
ser feliz.

Pablo Neruda

Foto: Camila Massu via Colossal

Pensando en los de allá

Esto de viajar no para de tentarme a través de todos los canales habidos y por haber.

Una foto me confirmó que a mi amiga que conquistaba tierras mejicanas, la trasladan a Filipinas. Ayer me enteré que uno de mis adorados se va a laburar a Madrid. Hoy, después de varios días de no conversar, pude hablar con mi amiguita que está viviendo en Panamá. 

Una noticia a la vez, siento que el mundo se achica con cada iluminado que cruza fronteras. Algo de mi viaja con ellos, y el resto quisiera embarcarse en una aventura propia. Pronto, muy pronto.

Mientras, me ilusiono con esos videos que viajan por la web y explotan la gran fórmula paisaje+música+frases inspiradoras...

(photo via ohpioneer.com)

III - The road less traveled by...

Admiro a las personas que siempre supieron qué querían hacer en sus vidas. Esos que desde chicos podían responder a la pregunta "qué vas a ser cuando seas grande" y, aun con voz más gruesa, mantuvieron esa idea ya mayores.

El caso más cercano para mi es mi hermano, que ama su profesión dedicando aún su tiempo libre a leer sobre el tema y discutir nuevas y viejas ideas al respecto. Nunca fue mi caso, ni cuando terminé el secundario, ni cuando me recibí de la facultad. Tuve la suerte de apasionarme por la carrera que estudié, por la comunicación, por la palabra. Sin embargo, lo que nunca identifiqué es el espacio en el que quería volcar lo aprendido.

El camino fácil era la empresa. Porque le había funcionado a toda mi familia, porque la oferta estaba, porque por un tema de personalidad me salía casi sin esfuerzo. Pero rápidamente encontré un programa mejor al cual dedicar mi tiempo.

Fue muy rápida la decisión, casi como saltar de un trampolín al que lograste subir a pesar del vértigo. Algo asi como..."si estamos en el baile bailemos". Esta nueva oportunidad, era jugármela por que mi compromiso de "tiempo libre" se convirtiera en una forma de vida.

Por alguna razón me cuesta mucho explicar lo que me genera trabajar en una ONG, aunque lo intento desde que mi amigo del alma me dió la idea. El impacto que tiene cada decisión, cada reunión, cada hora dedicada a laburar junto a familias que la reman como yo nunca tuve que remarla para salir adelante. Eso es lo que conmueve, lo que motiva, ver cómo personas que tenían todas para bajar los brazos, laburan por los suyos.

Antes de este desafío trabajaba para mi misma (mis viajes, mi propio departamento, mi curriculum). Hoy, cada palabra que sale de mi boca se piensa dos veces, porque busca hablar por los que no están al lado mío pero quieren ser escuchados. 

Cada palabra que sale de mi boca en las reuniones, busca transmitir una realidad que muchos desconocen, otros ignoran, y otros prefieren no ver por lo dolorosa que puede ser. Pero también pretende contagiar las ganas de hacer algo al respecto, de mover los hilos que cada uno sostiene, de hacernos conscientes del impacto positivo que podemos generar. Es mi objetivo fusionar realidades, disminuir distancias, brindar herramientas para que cada uno desde su lugar sume sus fuerzas para construir un espacio más justo.

En algún momento decidí que trabajar pensando en el afuera era el camino que tenía que tomar. Entonces entendí, que podía acercar a otros ese camino también y eso me apasionó. 

No sé por cuánto tiempo este será mi lugar, pero sé que cuando me vaya será porque alguien más está preparado para subirse al barco. Esa idea me saca una sonrisa. 

Porque de este barco nadie se baja, porque yo sumo, pero todos multiplicamos.




P.D. el título, de un poema bellísimo de Robert Frost, "The Road Not Taken"
P.D. foto via You are my Wild

La tanada

Mis primos españoles no pueden hablarme sin deslizar una burla por la costumbre argentina de hablar con las manos. Los extranjeros que me conocen, me imitan haciendo montoncito. A mi viejo, mi hermano y varios parientes mas, los identifican como "el tano" (si, varios con el mismo apodo).

Yo zafé de que me llamen la Tana porque una película alejó el imaginario popular más hacia el lado de la mina conchuda e inconforme como la Tana Ferro (gracia dió).

Pero en algún lugar entre esos escenarios, estoy yo y mi familia aleteando y dejando todo en la comunicación no verbal.

Porque bien me han enseñado en la facultad, que eso es el 90% de la comunicación (o algo asi...).

Italian Hand Gestures: A Short History (via The New York Times)

El mundo de Nora Ephron

Una de esas pocas personas que admiro es Nora Ephron. Por ser una gran periodista y escritora, pero también por lo que generó en quienes la conocieron. 

Ya sabemos que Nora Ephron tenía el don de la palabra y el humor. Sumado a una capacidad de encontrar la magia en historias comunes, de gente común y llevarlas a la pantalla grande en films inolvidables .

Lo que me sigue llenando de amor es cómo sus amigos hablan de ella. El año pasado, a raiz de su partida, Tom Hanks escribió una nota para la revista TIME que me hizo lagrimear y me dio ganas de regalar árboles de frutas a mi gente. Ese último párrafo...

Cada vez que leo algo nuevo de Ephron, largo una carcajada y caigo en el inevitable "ES TAL CUAL!". Hoy sonrío con una lista con la que Nora cierra su libro "I Remember Nothing"... 

Lo que no voy a extrañar

Piel seca

Malas cenas, como a la que fuimos anoche

E-mail

Tecnología en general

Mi placard

Lavarme el pelo

Corpiños

Funerales

Enfermedades por todos lados

Estadísticas que dicen que el 32% de los Norteamericanos creen en el creacionismo

Estadísticas

Fox TV

Caída del dólar

Bar Mitzvahs

Mamografías

Flores muertas

El sonido de la aspiradora

Facturas

E-mail. Sé que ya lo dije, pero quiero enfatizarlo

La letra chica

Los paneles de Mujeres en cine

Sacarme el maquillaje todas las noches

Lo que voy a extrañar

Mis hijos

Nick

Primavera

Otoño

Waffles

El concepto de waffles

Panceta

Caminata por el parque

La idea de una caminata por el parque

El Parque

Shakespeare en el parque

La cama

Leer en la cama

Fuegos artificiales

Risas

La vista desde la ventana

Lucecitas

Manteca

Cena en casa solo para nosotros dos

Cena con amigos

Cena con amigos en ciudades donde ninguno de nosotros vive

Paris

Próximo año en Estambul

Orgullo y Prejuicio

El Árbol de Navidad

Cena de Acción de Gracias

One for the Table

The dogwood

Tomar un baño

Cruzar el puente a Manhattan

Pastel

(via List of Notes)

+ palabras

Viajar y después

Pertenezco a una generación de viajeros. 

Mis amigos en los últimos 4 años han vivido en Costa Rica, México DF, Cusco, Miami, New York, Panamá, Honduras, Salvador de Bahia, Rio de Janeiro, Barcelona, Paris, Zaragoza, Australia, Nueva Zelanda y podría seguir contando. Y hablamos de un grupo cerrado...tampoco tengo tantos amigos.

Esto recién empieza, todos ellos siguen planeando próximo destino en el cual perderse por un año o dos. Nunca menos de eso, el viaje de dos meses es un obligado que casi no cuenta. Acá estamos hablando de irse a levantar kiwis, o alguno de esos laburos que en tu ciudad de origen jamás harías. Menos que eso? Se llama rutina para ellos.

No sé qué será lo que los mueve, de lo que estoy segura es que las razones son diversas. Algunos quieren conocer otras culturas, otros aprender idiomas, otros escaparse de una realidad que en Buenos Aires los tira para abajo. Sin embargo, hay también un signo de una generación. Todos compartimos la idea de que las fronteras son borrosas y que el desafío está en lo desconocido, en exponerse a lo nuevo. El horizonte abierto es algo que encanta en una época en que es fácil desencantarse con el día a día. 

Los iluminados, los seres sensibles de estos tiempos no pueden conectar con una rutina que durante generaciones y generaciones buscó marcar un camino seguro, "que funciona". En nuestro círculo el camino era claro e indiscutido: colegio, facultad, pasantía (y si se solapan estos últimos dos, mejor, porque no hay tiempo que perder), asistente, Jefe, dueño del mundo. Ah...no era asi?

Que admirable me resulta que se bajen de la rueda del hamster y para darse cuenta de que eso no es lo que quieren. Plantearse quizás, que ese camino se puede retomar dos años mas tarde, después de recorrer el sudeste asiático. Al final, es caer en la cuenta, de que esos dos años de aventura te pueden aportar, son tanto o más valor que lo que podés aprender detrás de una computadora. 

Por mucho tiempo pensé que yo tenía que ser una de esas personas. Que tenía que irme, sin rumbo, a conocer otros vientos y dejarme crecer una rasta. Pero mientras viajé, meses, semanas, entendí que hay un momento para volver a la tierra de uno. Para mi sorpresa, en esos viajes descubrí que mi lugar es Buenos Aires. En su caos, en los cambios que le deseo, en los mates en la plaza. Porque ahí esta mi familia, mis amigos, mis lugares con historia, y también tanto por descubrir y con lo que sorprenderme cual turista. 

Puede ser que vea mi trabajo actual como un haber parado la rueda, y casi que me siento en una aventura de día a día. O quizás sea la nostalgia tanguera del Río de la Plata que se le prende a uno en la piel por nacer en Buenos Aires. Por una u otra razón, estoy arraigada a la ciudad de la furia. 

Al menos hasta enero y mi próximo viaje, en que probablemente visite a alguno de mis viajeros.


Otra melodía del sur para aquellos a los que les gusta la murga... Despedida a tu ciudad


(foto via Cavalier)

Una vida musicalizada

Seis Músicas surge a partir de la costumbre de un grupo de amigos de recomendar música para "esos" momentos.

No les pasa que escuchan una canción y automáticamente los transporta? Bueno, este grupo de amigos brasileros identifica esas situaciones del día a día que piden a gritos un soundtrack, lo generan, y lo comparten en su web y Facebook. 

Son seis canciones, seis temas ideales para pintarse las uñas, para salir a correr, para lavar los platos, para conquistar, para olvidar a quien no te merece...y tantas otras situaciones de la vida.

Mi recomendado para hoy...

Me encantó que decidieron compartir esta dinámica que tenían entre amigos, simplemente por ser amantes de la música, con el resto del mundo. Alegraron varias de mis tardes, y me hicieron descubrir buena música...

Otros preferidos…

Y una pastillita antes de cerrar para quienes se entienden con el portugués. Su explicación de por qué seis temas:

"Mas porque Seis Músicas e não Cinco ou Sete? Bom, não é Cinco porque já existia um domínio registrado com esse nome. Não é Quatro porque quatro não é o suficiente para passar toda a ideia de uma situação. Não é Sete porque sempre criam muita expectiva em torno do número sete, dizem que dá sorte mas a gente acha isso meio batido. São Seis Músicas porque seis é um número inteiro, forma três pares de dois e não sobra nada e também porque é um número suficiente de músicas para passar todo uma ideia sobre as situações abordadas nas playlists."

Aceptan sugerencias! Asi que a visitar su web y aportar las playlist propias...

Matrimonio igualitario se ha dicho

Argentina, Francia, Nueva Zelanda, Uruguay, Estados Unidos...
La gente va a entendiendo de qué se trata el amor y esto de los derechos.

·Cover Story: Bert and Ernie´s "Moment of Joy" en The New Yorker·

·Batman and Robin besándose en Francia (por memeIRL - via The Coolhunter)·

Cuarto de siglo

Este año me está pegando fuerte. Soy de las personas que piensa mucho, da vuelta a las cosas, imagina escenarios posibles. Enrroscada es la palabra.

El tema de la edad nunca me afectó demasiado (notemos la palabra "demasiado"), pero en estas últimas semanas estoy mirando mucho al costado, proyectándome a futuro, maquinando con "what if´s".

Estoy a 6 meses de cumplir 26 años, y me está pareciendo un momento de quiebre. 26 años…fuerte. A los 28 se casaron mis viejos, y eran los demorados de su generación por varios años. Nunca me habían pesado esas cuestiones, y hoy al menos las medito. No es un buen síntoma…

Mi trabajo, los cambios sociales, la situación de mi país, las marchas en Brasil, son cuestiones que me tienen revolucionada. Esta es la edad en que uno pisa fuerte. Sin mayores responsabilidades que las que se asumen cada día, sin mucho que perder, estos son los años en que debemos lograr grandes cosas, mover las estructuras, propias y ajenas, y marcar un camino para lo que va a ser el resto de nuestras vidas.

Sé que si hablo el tema con la generación de mis padres me van a decir que exagero. Sé que si lo hablo con muchas de mis amigas con empleo estable y prometedor, o noviazgo ya asentado, tendrán la misma reacción.

Pero hay unos pocos, unos niños índigo por ahí dando vueltas que entienden a lo que me refiero. Que pueden relacionarse con esta idea de que no hay nada dado, y que este es el momento para construir. A ellos los busco entre las multitudes, para que me den fuerzas para seguir moviéndome, buscando lo que quiero, o intentando al menos identificar qué es eso que quiero.

Por eso me pesan los 26. Porque cada día que pasa es una oportunidad de proponerme objetivos e ir tras ellos. Lo que me asusta es la comodidad, el quedarme quieta, el no soñar, el rendirme ante el día a día o el "es lo que hay".

(foto de Brock Davis/ cita de F. Scott Fitzgerald)

Los lunes y el café

Amo las ilustraciones de Gemma Correll.

Pero no tanto como al café los lunes a la mañana...