sábado, 11 de febrero de 2012

Voltei... Obrigado Capoeira

Consecuencias de volver a entrenar después de dos años:

+ El dolor de brazos no me permite lavarme el pelo.
+ No puedo subir un escalón sin que me tiemblen las piernas
+ Se me deshace la piel de los pies
+ Me duelen los abdominales cuando me río
+ Hay remeras blancas listas para quemar
+ Resuena el berimbau en los oídos... chi chi tin ton ton

Foto: María José De Leone

Pero saben qué? La sonrisa no me la saca nadie.
Desde el minuto uno de clase, hasta este momento (horas después), se me iluminó la cara.

No sé exactamente qué tiene la capoeira que genera esto. No entrené por un buen tiempo, pero no dejé de ser capoeira. Nunca fui por demás habilidosa, pero siempre fui capoeira. Es raro, pero la capoeira nunca te deja, aunque no entrenes, aunque te alejes. De una forma u otra, algo de vos queda en la roda.

Mestre Marcos Gytaúna- Grupo Oriaxé. Foto: MR


Me ha enseñado a caer y levantar, si, todos aprendemos la misma lección. Pero más allá de eso, me enseñó mucho acerca de quién soy, de qué soy capaz, y qué me saca sonrisas. Conocí gente mágica como mis amigas del alma viajeras, alimentó mi cámara de fotos, alimentó mis oídos... y el corazón también. Si, tenía que caer en el cliché. Es que es verdad! Más clichés (ciertos).

No es una lucha, no es un baile, es ambas cosas y mucho más. Es una forma de vida que en cuanto conocés, no te abandona. 

Una roda, el sonido de un berimbau, recordar una canción de un gran Mestre, me hacen sentir afortunada. Símbolos de una filosofía que aprendí a admirar.

Felices 7 años en mi vida Capoeira. Gracias por estar.


Foto: MR


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