No lo voy a poder evitar.
Ahora cada vez que entre a un museo, voy a imaginarme a las esculturas vestidas cual hipsters.
Es un ejercicio de arte clásico y estilo contemporáneo. Aparte de ser una ridiculez sublime que me saca una gran sonrisa.
Gracias Leo Caillard (fotos) y Alexis Persani (edición) por delirar y compartir su delirio con la web.
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